Quemada


Es malo jugar demasiado
puede uno quemarse y alguien
puede obsesionarse con mis

y desearme, cuando no puede
desearme si estoy prohibida

Él me siguió hasta el baño en la disco
no sentí sus pasos sigilosos detrás
cuando me dí la vuelta, ahí estaba
con su pelo negro, su camiseta mojada
sus labios rojos se abalanzaron sobre mí
Perdí la noción, sentí que estaba perdida
No puedes tenerme, dije, apartando
su sudoroso y erótico cuerpo de mí
Estoy saliendo con tu hermano!!!
No me importa, replica y yo, yo
aguantando la lluvia, el sol, el deseo
de tocarle el sexo y meter la mano
en sus pezones, en su pelo.
Déjale, me dice y yo suplicándo.
¿Por qué dios me pone estas pruebas?
Si solo eres un niño que no ve en mí
mas que la lujuria del sexo?
Y ya no sé que hacer, ni sé lo que hago
si me persigue como un perro desesperado
espantando amantes y alborotos varios.

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