Él estuvo aquí


Le ví al final de la noche, era madrugada
le ví y temblaba, me embriagaba su calva
me ponía a cien su ropa, me gustaba su mirada
Duérme conmigo, le dije, sedúceme en la cama
y fuimos a desayunar como preliminares
y nos quitamos la ropa en casa


y me rodeó con sus delicadas manos
y me dormí mientras le dirigía sus manos
a mi sexo y me excitaba, mi cuerpo danzaba
alrededor de sus dedos acariciándome
y con toda la sensualidad de sus labios
me besaba en la espalda, la nuca, el pelo
susurrándo lentamente mi nombre.
Nuestro amor es así, platónico, acariciánte
y dormimos juntos y no me importaba
tenerle dentro de mí, sino su sensualidad
su cuerpo, su perfume, erotismo, respeto.
Me siento infinitamente feliz, cuando te
tengo, Raúl.

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