Encadenada



Estoy encadenada, sumisa
hambrienta de tu piel.
muero y no lo sabe nadie,
que la sociedad te aparta.
Que cobarde soy, y no quiero
ni puedo quitar las cadenas
que me separan de tí.
Y yo, fingo cada día al verte
que no suspiro por tu pelo
tus manos, tu sexo, el olor
de tu boca, de la piel
que me consume dentro.
Y sé que me buscas y miras
dentro de mí, porque se nota
lo notan todos, que suspiras
que no puedes apartarte
que tu risa es mi risa
que somos niños en el viento.
Y estas cadenas que tengo
en el baldío cuerpo inánime
de abrazos y caricias, amor
me están matando la razón
y el corazón.
La música no es consuelo
el alma no es remedio
el amor primogénito no cura
lo que siento por tí, lo que
sientes por mí, y cariño mío,
el tiempo no es todo locura.

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